Hoy soñé que desaparecías. Que
habías intentado enamorarte y no había salido bien, así que
regresaste al hotel y te drogaste. No tenías casi batería en el
móvil y cuando saliste de la habitación hacia la montaña ya casi
no quedaba nada. Es la última vez que te vieron. Has debido de
perderte allí arriba, todos temen que estés muerto. Pero a mí me
queda todavía la esperanza y el presentimiento de que como mucho
estás moribundo a causa de la hipotermia, pero que muy pronto podré
ir a visitarte al hospital, podré abrazarte muy fuerte y olerte de
nuevo y sentir tu piel sobre la mía y besarte. Tu cara y la mía
unidas, pegadas. Una vez más.
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