¿Cómo aceptar tu grandeza con humildad? Simplemente siendo... Lo demás es ego.
El Mediterráneo en Palavas (1854)
domingo, 1 de julio de 2012
miércoles, 21 de marzo de 2012
IMPORTANCIA
Si dejo de darle importancia al fracaso, tampoco se la daré al éxito. Y supongo que eso es lo que no quiero.
sábado, 17 de marzo de 2012
Y, sin embargo
Esperando tu respuesta para confirmar que valgo, que soy grande y bella.
Esperando que tú me lo digas, porque yo no me lo acabo de creer, sólo a ratos, sólo cuando no me importas. Ahora que de repente eres tan crucial y mágico en mi vida, no puedo vivir sin tu aprobación, sin la confirmación constante de que soy la que te gusta todo el tiempo, que no hay falta, que soy hermosa a cada segundo, que te gusta mi perfil y mis ojeras y mi pelo de cualquier manera.
Esperando tu mensaje, tu cariño. Sin él no valgo nada, y nada sirve, no hay valor en nada de lo que hago, ni en mi voz... Sólo cantando vuelvo a descubrir que el don es mío y ni siquiera eso... Que para que toda la belleza y la fuerza del mundo pueda brillar a través de mí, debo creerme digna de ello.
Y lo soy, ¡y tanto! Pero cuando tú apareces, se me olvida, supongo que pongo en ti la responsabilidad de mi felicidad, de mi belleza. Tú debes decírmelo, tú debes hacérmelo creer... ¿Cómo ocurre tan rápidamente? Y con cualquiera.
No eres tú, soy yo. Y, sin embargo, te espero.
Esperando que tú me lo digas, porque yo no me lo acabo de creer, sólo a ratos, sólo cuando no me importas. Ahora que de repente eres tan crucial y mágico en mi vida, no puedo vivir sin tu aprobación, sin la confirmación constante de que soy la que te gusta todo el tiempo, que no hay falta, que soy hermosa a cada segundo, que te gusta mi perfil y mis ojeras y mi pelo de cualquier manera.
Esperando tu mensaje, tu cariño. Sin él no valgo nada, y nada sirve, no hay valor en nada de lo que hago, ni en mi voz... Sólo cantando vuelvo a descubrir que el don es mío y ni siquiera eso... Que para que toda la belleza y la fuerza del mundo pueda brillar a través de mí, debo creerme digna de ello.
Y lo soy, ¡y tanto! Pero cuando tú apareces, se me olvida, supongo que pongo en ti la responsabilidad de mi felicidad, de mi belleza. Tú debes decírmelo, tú debes hacérmelo creer... ¿Cómo ocurre tan rápidamente? Y con cualquiera.
No eres tú, soy yo. Y, sin embargo, te espero.
jueves, 15 de marzo de 2012
GRACIAS
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sábado, 10 de marzo de 2012
A mis padres
De la mano,
entre horreos asturianos en verano.
Entre cumpleaños
y tartas de chocolate,
con muñecas de porcelana
envueltas en algodón.
Vosotros, el amor en uno.
En una unión expandida
a más de dos hijos
encantados de vivir.
El hombre vestido de traje
que vuelve a las nueve de la noche,
cansado, pero satisfecho.
La mujer, amante y madre.
Perfecta como un sueño
escrito por uno mismo.
Vuestro amor colgado
de las bolas del árbol de Navidad.
Vuestro amor en forma
de taza de desayuno.
Vuestro amor un domingo por la mañana.
Ella en casa haciendo el hogar.
Él viviendo el parque y el vermut
con su hijos.
Vuestro amor en el recuerdo de mi recuerdo,
para sostenerme también en la muerte.
entre horreos asturianos en verano.
Entre cumpleaños
y tartas de chocolate,
con muñecas de porcelana
envueltas en algodón.
Vosotros, el amor en uno.
En una unión expandida
a más de dos hijos
encantados de vivir.
El hombre vestido de traje
que vuelve a las nueve de la noche,
cansado, pero satisfecho.
La mujer, amante y madre.
Perfecta como un sueño
escrito por uno mismo.
Vuestro amor colgado
de las bolas del árbol de Navidad.
Vuestro amor en forma
de taza de desayuno.
Vuestro amor un domingo por la mañana.
Ella en casa haciendo el hogar.
Él viviendo el parque y el vermut
con su hijos.
Vuestro amor en el recuerdo de mi recuerdo,
para sostenerme también en la muerte.
MUERTO
Hoy soñé que desaparecías. Que
habías intentado enamorarte y no había salido bien, así que
regresaste al hotel y te drogaste. No tenías casi batería en el
móvil y cuando saliste de la habitación hacia la montaña ya casi
no quedaba nada. Es la última vez que te vieron. Has debido de
perderte allí arriba, todos temen que estés muerto. Pero a mí me
queda todavía la esperanza y el presentimiento de que como mucho
estás moribundo a causa de la hipotermia, pero que muy pronto podré
ir a visitarte al hospital, podré abrazarte muy fuerte y olerte de
nuevo y sentir tu piel sobre la mía y besarte. Tu cara y la mía
unidas, pegadas. Una vez más.
miércoles, 8 de febrero de 2012
Carlos Martín-Peñasco Lara
Yo soy la maldición del boxeador saltando a la comba vestido de bailarina.
Yo soy tu padre esquivando el golpe a las 7:20 de la mañana.
Yo soy tu vergüenza a desnudarse en la ducha
y la valentía de hacerlo.
Yo soy Jerez y tu boda en agosto.
Soy todas las ciudades que has visitado y en las que has vivido.
Soy Madrid, Edimburgo y Barcelona.
Y soy tus ojos rojos cuando escuchas a Silvio Rodríguez.
Soy el batiscafo de tu abismo y Nemo, el capitán.
Soy todos tus viajes.
Yo soy todas tus novias y tu mayor secreto.
Soy el novio de tu amiga y tu príncipe azul.
Yo soy la voz de tu madre preguntándote por la suela de tus zapatos en invierno
y la guitarra de tu hermano componiendo para ti.
Soy Vermont-Montpellier.
Soy tu miedo, y un radiocassette estropeado
en un balcón amaneciendo mientras suena Coldplay.
Yo soy tu mano entrelazada con otra buscando señales.
Soy tu carisma y tus borracheras.
Yo soy tus dudas de entrar a la escuela,
y también las dudas de marcharte.
Yo soy tu mapa y tus mocos en el agua.
Soy tus labios gruesos gritando y cantando.
Yo soy Pamplona y tu acento andaluz.
Yo soy tu deseo de ser un gran hombre.
Y digo que este poema es Carlos Martín-Peñasco Lara
lo mismo que yo soy un boomerang perdido en el Amazonas
y tú eres un libro que se está escribiendo.
Yo soy tu padre esquivando el golpe a las 7:20 de la mañana.
Yo soy tu vergüenza a desnudarse en la ducha
y la valentía de hacerlo.
Yo soy Jerez y tu boda en agosto.
Soy todas las ciudades que has visitado y en las que has vivido.
Soy Madrid, Edimburgo y Barcelona.
Y soy tus ojos rojos cuando escuchas a Silvio Rodríguez.
Soy el batiscafo de tu abismo y Nemo, el capitán.
Soy todos tus viajes.
Yo soy todas tus novias y tu mayor secreto.
Soy el novio de tu amiga y tu príncipe azul.
Yo soy la voz de tu madre preguntándote por la suela de tus zapatos en invierno
y la guitarra de tu hermano componiendo para ti.
Soy Vermont-Montpellier.
Soy tu miedo, y un radiocassette estropeado
en un balcón amaneciendo mientras suena Coldplay.
Yo soy tu mano entrelazada con otra buscando señales.
Soy tu carisma y tus borracheras.
Yo soy tus dudas de entrar a la escuela,
y también las dudas de marcharte.
Yo soy tu mapa y tus mocos en el agua.
Soy tus labios gruesos gritando y cantando.
Yo soy Pamplona y tu acento andaluz.
Yo soy tu deseo de ser un gran hombre.
Y digo que este poema es Carlos Martín-Peñasco Lara
lo mismo que yo soy un boomerang perdido en el Amazonas
y tú eres un libro que se está escribiendo.
sábado, 14 de enero de 2012
Las mañanas
Supongo que me quiero enamorar,
pero creo firmemente que no es tan fácil.
Así que me enamoro cada día
del sol de las ocho de la mañana,
del café que se me escapa de la cafetera,
de las tostadas que ya no como.
Tú te has ido y no te culpo,
lo entiendo todo, te lo juro.
Lo que no te perdono
es esta tristeza.
Y que las mañanas, MIS mañanas,
ya no sean contigo en la cama.
pero creo firmemente que no es tan fácil.
Así que me enamoro cada día
del sol de las ocho de la mañana,
del café que se me escapa de la cafetera,
de las tostadas que ya no como.
Tú te has ido y no te culpo,
lo entiendo todo, te lo juro.
Lo que no te perdono
es esta tristeza.
Y que las mañanas, MIS mañanas,
ya no sean contigo en la cama.
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